Viaje de músicos a Portugal
Viaje de la banda de música Unión de pescadores a Coimbra, Oporto y Lisboa.
El día 26 de Julio empezó bien tempranito nuestro viaje, junto con nuestra guía Marina y los chóferes de Autocares Gómez. Desde las 7, pudimos empezar trayecto, con música tan variada como Manolo Escobar y películas de Chaplin. Eso hizo que sin darnos cuenta entramos en Portugal, y a las 8 descansábamos en Coimbra.
Nada más llegar, el grupo pudo hacer uso de las amplias instalaciones del hotel, y relajarse en la piscina. Después de cenar, pudimos deleitarnos con las vistas nocturnas de Coimbra, y de sus peculiares calles.
Al día siguiente, nos dirigimos a Oporto, la conocida ciudad Invicta, con muchísimo patrimonio histórico.
El grupo pudo disfrutar de un paseo en barco por el río Mondego, la catedral, la torre de los clérigos, entre otros, al lado de nuestra guía. Oporto nos ofrecía maravillosas vistas, iglesias, tranvías, casas llenas de azulejos, y música por la calle. Tal es su atractivo y fama, que alguno no pudo resistir conocer su playa y disfrutar del Atlántico. Al finalizar el día, volvimos al autobús muy orgullosos de haber podido comprobar que lo que cuentan es cierto, y que Oporto deja sin palabras. Antes de cenar, pudimos disfrutar del spa del hotel, y culminar tan magnífico día. Mientras cenábamos, disfrutamos de música en directo, que más tarde nos hizo bailar y trasnochar.
A la mañana siguiente, pudimos visitar Coimbra a la luz del día, con sus espectaculares vistas desde lo alto de la colina, e incluso entrando en su famosa universidad, una de las más antiguas de Europa.
Después de comer, pusimos rumbo a Lisboa, donde nada más entrar, la capital portuguesa nos mostraba su majestuosidad y los colores de sus casas. Nos alojamos justo debajo del puente 25 de abril, el cual nos hacía sentir en el mismísimo San Francisco.
Después de descansar brevemente, nos vestimos de músicos, y nos dirigimos a Azeitâo, donde nos esperaba un concierto junto con la banda filarmónica de Providenza al caer la noche.
Además de un aperitivo típico de la cena, pudimos cenar con la banda después del concierto, con los que compartimos parte de la fiesta que tenían preparada a lo largo de la noche.
A la mañana siguiente, descubrimos Lisboa de mano de Sonia, nuestra guía local. Ella nos esperaba al salir del desayuno, y fuimos a Los Jerónimos, trayecto en el cual pudimos hacernos fotos a lo largo del río Tajo. A llegar, pudimos contemplar la magnífica iglesia, considerada patrimonio de la humanidad. Tuvimos tiempo para probar los pastelitos de Belen, e incluso hacer algunas compras, antes de volver al hotel a comer.
Después de comer, hicimos con Sonia un panorámica del centro de la ciudad, donde además de disfrutar de las anécdotas y las calles, nos mostró el canto que le hacen a Lisboa en el día nacional, cantando para nosotros. En el parque Eduardo VII pudimos hacer una foto de grupo en lo alto del mirador, probablemente una de las mejores vistas de la ciudad.
Lisboa, la capital portuguesa, la que con su encanto natural, gastronomía,su gente y cultura, nos maravillaba a cada paso que dábamos. Juntos pudimos disfrutar del bario de Alfama, su catedral, San Antonio… Más de uno pudo llevarse unas buenas fotografías de recuerdo. Después de cierto tiempo libre, regresamos al hotel y de nuevo, al spa. Esa misma noche, la última, después de cenar, unas cantantes de ópera en el hall cantaron para nosotros. En nuestro grupo, una músico se aventuró y nos deleitó con su voz uniéndose a las cantantes. Cruzando las vías de al lado del hotel, nos encontramos con la zona de fiesta de Lisboa, y entre cócteles cerramos la noche.
La última mañana en Lisboa fue libre, cosa que nos permitió revivir su magia y visitar todos sus rincones. Después de comer, fue hora de despdirnos del país que nos acogió durante 4 días, y subirnos de nuevo al autobús para poner rumbo a España. En el mismo hotel nuestra guía se despidió del grupo, desándoles verles de nuevo para seguir tocando juntos por el mundo. ¡Hasta la próxima!